En el culto todo debe ser gratuito para el pueblo, no se debe privar a los pobres de aquello que los consuela en su pobreza sólo por ser pobres.
El amor que propone Jesús es gratuito e ilimitado y por ello muchos consideran, a Él y su enseñanza, un delirio, una locura y prefieren conformarse con la mediocridad ambigua