¿Venís a picotearme los ojos aún vivo, revuelo de moscas?
Los de mentalidad reducida se parecen a las botellas: cuando menos tienen, más bulla hacen.
Ninguna cosa despierta tanto el bullicio del pueblo como la novedad.
Allí están las ventanas que te dan un pretexto para abrir bien los brazos. Asómate al marítimo bullicio de las calles. ¿No oyes una sirena que llama desde el puerto?