Era espontáneamente emprendedor, firme e intrépido; poseía un corazón de guerrero, y habría podido sobresalir con esplendor a la cabeza de un ejército.
En verdad te digo: de todos los hombres, el más negligente es aquel que disputa inútilmente y trata de sobresalir por encima de su hermano. Di: ¡Oh hermanos! Que las acciones y no las palabras, sean vuestro adorno.