Soy un autor dramático. Muestro lo que he visto. Y he visto mercados de hombres donde se comercia con el hombre. Esto es lo que yo, autor dramático, muestro.
El autor es el que menos cobra... De la edición de mi novela Corazón tan blanco, por la que el lector paga ocho dolares, yo me llevo sólo 40 centavos.
Como productor, probablemente soy un poco más fuerte que la mayoría, desde que era un director originalmente.
Como es posible que la gente se queda tranquila con un Presidente que tiene un director del DAS que mandaba a mandar a matar gente, que se reunia con tipos para asesinar gente, que tenía las listas de cuales tenía que matar, y uno no puede decir que una persona de esas hizo lo que hizo y uno es un bobo que no sabe. ENTONCES SI EL PRESIDENTE NO SABÍA POR BOBO ENTONCES QUE SE VAYA POR BOBO.
Pues entre las cosas que chacen sospechar de alguien, ninguna pone tanto en evidencia quién ha sido el autor de un crimen como el beneficio que se deriva de ese acto.
Está bien leer mucho, estudiar con ahínco, se decía con frecuencia: pero observar a las personas le sirve más a un escritor que la lectura de los mejores libros. El autor que se olvide de esto está perdido.