Los tiranos sienten un particular cariño por la guerra, pues distrae al pueblo de toda justa queja contra ellos. También acrecienta el poder de los tiranos, porque éstos, alegando que la patria está en peligro, pueden imponer aún más onerosas restricciones a la libertad.
Nadie se queja de la niebla. Ahora ya sé por qué: aunque resulte molesta, permite hundirse en ella y sentirse seguro.
Me arrepiento de las dietas, de los platos deliciosos rechazados por vanidad, tanto como lamento las ocasiones de hacer el amor que he dejado pasar por ocuparme de tareas pendientes o por virtud puritana.
El primer ministro canadiense Pierre Trudeau visitó la ciudad siberiana de Norilsk: Trudeau lamentó que Canadá nunca había tenido éxito en construir una ciudad tan grande tan al norte, sin darse cuenta -o sin preocuparse-, de que Norilsk había sido construida por prisioneros.
Un aire frío pasa sobre la dura concha de los crustáceos. Un gran alarido raya el cielo con su helado relámpago de ira. Como un tapete gris llegan la noche y el espanto
Si quiero sacudirte con la flecha de mi amor, te tengo que dar duro como el palo en el tambor; que grite la guitarra su alarido de placer y el bajo que penetre tus oídos con la furia de mi tren, loco tren, la banda es una máquina cargada con la furia de mi tren.
La señora Teavee lanzó un chillido de horror: ¿Quiere usted decir que sólo la mitad de Mike volverá a nosotros? Esperemos que sea la mitad superior dijo el señor Teavee.
grito que no creo en nada y que todo es absurdo, pero no puedo dudar de mi grito y necesito, al menos, creer en mi protesta. Albert Camus en El Hombre Rebelde
¡Cuántas preguntas se nos imponen en este lugar! siempre surge de nuevo la pregunta: ¿Dónde estaba Dios en esos días? ¿por qué permaneció callado? ¿cómo pudo tolerar este exceso de destrucción, este triunfo del mal? Debemos seguir elevando, con humildad pero con perseverancia, ese grito a Dios: 'levántate. No te olvides de tu criatura el hombre
A su entrada reinó un gran silencio, cesaron todos de bailar y pararon los violines, tanta fue la impresión producida por la extraordinaria belleza de la desconocida y tan grande el deseo de contemplarla. Sólo se oía el confuso murmullo producido por esta exclamación que salía de todos los labios. - ¡Qué hermosa es!
Proferí entonces una exclamación de alegría y lo estreché con más fuerza contra mi cuerpo, donde pude sentir, en la fiebre repentina que hizo presa de su cuerpo, los acelerados latidos de un pequeño corazón.
Predestinación: así solo puede escribirse bajo el más espantoso dolor; y entonces significa algo muy distinto. Pero el mismo motivo, nadie puede citarlo como una verdad, aun cuando el mismo lo dijera bajo tormento. No es una teoría. O también: no es la verdad a primera vista parece expresarse con estas palabras. Más que una teoría, es un suspiro o un grito.
Un suspiro dice todo.