El lugar en donde ataqué a Frau Kühn lo visite dos veces en la misma tarde y luego fui volví varias veces. Al hacer esto, tenía a veces eyaculaciones. Al rociar la gasolina sobre el cadáver de Ohliger y vi el fuego sobre el cuerpo, tuve una eyaculación de la altura del fuego
El enemigo trata de destruir nuestra base de apoyo mediante ataques militares y bloqueo económico; nos preparamos ahora para desbaratar sus ataques.
Una sola piedra puede desmoronar un edificio.
Sí pudiéramos leer la historia secreta de nuestro enemigos, encontraríamos en la vida de cada hombre, la pena y el sufrimiento suficientes para deshacer toda la hostilidad.
Dad ejércitos a los países que no tienen enemigos ni necesidad de hacer guerras y crearéis una clase que se ocupará de hacer y deshacer gobiernos, o lo que es igual, de hacer la guerra del país contra el país a falta de guerras extranjeras. El ejército degenerará en clase gobernante y el pueblo en clase gobernada o sometida.
Para eso quieren las mesas que llaman de partidos: para cambiar el marco constitucional y que España deje de ser España. Y para eso quieren las sillas en los ayuntamientos vascos: para que ETA-Batasuna, con el disfraz que sea, reciba dinero y respaldo institucional de nuestra democracia y tenga así más fácil su trabajo de destruir España
Una sola palabra basta para destruir la dicha de los hombres.
Sino lo que es necio ante el mundo lo ha elegido Dios para deshonrar a los sabios; y lo que es débil ante el mundo lo ha elegido Dios para deshonrar a lo fuerte. Y lo innoble ante el mundo y lo despreciado lo ha elegido Dios, y lo que es nada, para aniquilar a lo que es algo.
Hasta donde hemos perdido la creencia, hemos perdido la razón. Ambos tienen la misma condición autoritaria y primaria. Ambas constituyen métodos de prueba que, a su vez, no admiten ser probados. Y en el acto de aniquilar la idea de la autoridad divina, damos al traste con aquella autoridad humana de que no podemos dispensarnos ni aún para decir que dos y dos son cuatro.
Los cuentos de hadas son más que reales; no porque les enseñen a los niños que existen los dragones, sino porque les enseñan que se puede derrotar a los dragones.
El imperialismo, para los pueblos indígenas, ha sido el silencio. Es el que quisiéramos verdaderamente derrotar algún día, porque un pueblo silenciado es más doloroso que un pueblo que habla y no se escucha. No hay cosa más triste que el silencio como regla sobre los pueblos.