La idea de la venganza y el castigo infantil es un día de sueño. Hablando con propiedad, no hay tal cosa como la venganza. La venganza es un acto que quieren cometer cuando se ven impotentes y ya que usted es impotente: tan pronto como el sentimiento de impotencia se elimina, el deseo se evapora también.
En el curso de la próxima generación, creo que los amos del mundo descubrirán que el condicionamiento infantil y la narcohipnosis son más eficaces como instrumentos de gobierno que los garrotes y los calabozos, y que la avidez de poder puede satisfacerse tan cabalmente si mediante sugestión se hace que la gente ame su servidumbre como si a latigazos y puntapies se le impone la obediencia.
El amor infantil sigue el principio: Amo porque me aman. El amor maduro obedece al principio: Me aman porque amo. El amor inmaduro dice: Te amo porque te necesito. El amor maduro dice: Te necesito porque te amo.
La verdad que escribir constituye el placer más profundo, que te lean es sólo un placer superficial
Cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar necesito un abismo.
No cabía duda, el mejor escritor era el que de un asunto baladí hacía una obra maestra, un objeto de arte perdurable.
Cuando lo superficial me cansa, me cansa tanto, que para descansar necesito un abismo.
Sé que el Islam (la más estúpida, la más falsa y la más oscurantista de todas las religiones) parece estar ganando terreno; pero sólo se trata de un fenómeno superficial y transitorio: a largo plazo el Islam está condenado, más aún que el cristianismo.
No cabía duda, el mejor escritor era el que de un asunto baladí hacía una obra maestra, un objeto de arte perdurable.