No creían en la felicidad. De más está decir que una esperanza posiblemente hubiera transformado a estas almas, pero la esperanza requiere cierta amplitud de sentimientos, incompatible con la total aceptación del fracaso que revelaban.
Si se hubiesen reconquistado las Malvinas, posiblemente los militares se hubiesen perpetuado en el poder y tendríamos un régimen de aniversarios, de estatuas ecuestres, de falta de libertad total
Pero de verdad te amo, seguramente de una manera mejor que la suya y se quedó pensativo. Sí, realmente de una manera mejor.
La vida humana tiene una explicación que sale de nuestros límites, fuera de nuestro contexto seguramente hay razones poderosas de la creación de la raza humana y de su destino. Pero cualesquiera que fueran esas razones, si no hubiera para esa raza humana una vida posterior entonces éstas habrían sido insuficientes y contrarias a las altas aspiraciones del espíritu humano.
La educación científica de los jóvenes es al menos tan importante, quizá incluso más, que la propia investigación.
La esperanza es una cosa buena, quizá la mejor de todas, y las cosas buenas nunca mueren.
He dicho alguna vez, con escándalo acaso de ciertos pedantes, que la verdadera universidad popular española han sido el café y la plaza pública.
Queréis un heredero, ahí lo tenéis; es la educación la que crea el sentimiento filial, este sentimiento no es natural. ¿Creéis acaso que este hijo del amante, acostumbrado a veros, a llamaros, a quereros como padre no os amará tanto, y aun es posible que más, que si ciertamente fuera vuestro propio hijo?
Quién sabe, tal vez no nos amaríamos tanto si nuestras almas no se contemplaran desde tan lejos. Quién sabe, si el destino no nos hubiera separado tal vez no estaríamos tan cerca uno de otro.
La palabra precisa tal vez sea efectiva, pero ninguna palabra jamás ha sido tan efectiva como un silencio preciso
Aunque digan que soy una incompetente, tengo la certeza que no lo soy, a lo mejor deberían hacerselo mirar ellos mismos.
Más vale quedarse aquí y esperar, a lo mejor se calma la tormenta y se despeja el cielo, y entonces podremos encontrar el camino por las estrellas.
Cuando un niño comienza a sonreír, con una pequeña bifurcación de amargor y dulzura, las orillas de su sonrisa desembocan sin burlas en la anarquía del océano. Se siente mejor que nadie: juega a la gloria con los ángulos de la boca y ya cose la sutura irisada al conocimiento infinito de la realidad.
Si hubiera más políticos que supieran poesía y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar un poco mejor para vivir en él