El hombre quiere que la mujer sea pacífica; pero en realidad es esencialmente belicosa, como el gato.
El marxismo es esencialmente político, se propone cambiar la estructura político-social de la polis. Esto sólo puede hacerse a través de una revolución (más o menos violenta, más o menos pacífica) para lo cual se necesita contar con una fuerza que no puede ser otra que la del proletariado.
Todos los elementos, cuando están fuera de su sitio natural, desean volver a él, principalmente el fuego, el agua y la tierra.
Es necesario que los líderes políticos y educativos lleguen a entender lo importante que son los conocimientos sobre la emoción y el sentimiento porque muchas de las reacciones que consideramos patológicas tienen que ver con las emociones, principalmente con las emociones sociales, y con la facilidad con la que se desencadenan y la manera en la que conducen a un conflicto social
El entrenamiento transforma a varias partes del cuerpo en armas que pueden usarse libremente y con gran eficiencia. La cualidad necesaria para realizar eso es el autocontrol. Para ser un vencedor, uno debe primeramente sobreponerse a sí mismo.
La mujer, pues, es vana, es superficial, es egoísta, tiene en sumo grado todas las debilidades propias de la naturaleza humana: por eso fue ella la que primeramente cayó. Pero por eso precisamente de ser inferior en cabeza y en corazón...
La ideología es un discurso basado en creencias, apariencias o fenomenologías, constitutivo de un mundo social, histórico y político, cuyos contenidos materiales están determinados básicamente por estos tres tipo de intereses prácticos inmediatos, identificables con un gremio o grupo social, y cuyas formas objetivas son siempre resultado de una sofística.
La utopía no es realizable, la sociedad perfecta no existe ni va a existir, básicamente porque es imposible que la idea de la sociedad perfecta coincida en dos seres humanos. Varía con cada individuo, cada uno nos la creamos sobre la base de nuestras fantasías particulares, nuestros deseos, nuestra psicología. No se puede universalizar una idea de la felicidad, es cosa de fanáticos.
El progreso científico y tecnológico que no responde fundamentalmente a los intereses humanos, a las necesidades de nuestra existencia, pierde, para mí, su significación.
Debemos de pugnar para que el hombre piense en la paz, pero no solamente impulsado por su instinto de conservación, sino fundamentalmente por el deber que tiene de superarse y de hacer del mundo una morada de paz y de tranquilidad cada vez más digna de la especie humana y de sus altos destinos.
Creo que con el arte, especialmente las películas, la gente trata de confirmar su propia existencia
Si mis escritos, en general, han sido útiles para mis contemporáneos, espero que estas memorias no caigan en saco rato para los que puedan venir detrás de mí, y especialmente en cuanto a la promoción de la virtud y la piedad, que, espero que yo pueda decirlo, he procurado practicar, y he tratado de inculcar a los demás