Si le vas a quitar la vida a un hombre, tienes un deber para con él, y es mirarlo a los ojos y escuchar sus últimas palabras. Si no soportas eso, quizá es que ese hombre no debe morir. El gobernante que se esconde tras ejecutores a sueldo olvida pronto lo que es la muerte.
El deber del gobernante no consiste en agrandar su país, sino en hacerlo más fuerte.
Me di cuenta de lo que significaba ser director con Hitchcock. De Kubrick aprendí su obsesión por el cine, por la perfección y la profundidad. Pero me gustaría parecerme a Spielberg, es el que mejor conoce el oficio.
La misión más importante para un director japonés es desarrollar una relación saludable con sus empleados, para crear una sensación de familiaridad dentro de la corporación, la sensación de que empleados y directivos comparten el mismo destino
Trabajando fielmente ocho horas por día, puedes conseguir ser un jefe y trabajar doce horas por día.
El jefe maneja a la gente; el líder la prepara. El jefe masifica a las personas, las convierte en número y en fichas deshumaniza súbdito por súbdito hasta quedarse con un rebaño sin rostro ni iniciativa. El líder conoce a cada uno de sus colaboradores, los trata como personas, no los usa como cosas.
El problema principal del mundo contemporáneo -también lo fue del antiguo- es la concentración de la riqueza y de los bienes en pocas manos. La desigualdad, un problema de siempre, un problema que sólo se podría resolver tomando medidas económicas, culturales y políticas. Hay que distribuir el poder. Y esa mejor distribución debe abarcar, entre otros aspectos, a los medios de comunicación.
Cuando la parálisis de la masculinidad es más intensa, el sadismo (el uso de la fuerza) se convierte en el principal (y perverso) sustituto de la masculinidad. Si la sexualidad femenina está debilitada o pervertida, se transforma en masoquismo o posesividad.
Quedamos a la espera de su pronta y amable aprobación, asegurándole nuestro altísimo respeto, honorable Sr. canciller
Mi cabeza arrancada como la de un feto muerto que debe perderla para que el cuerpo acéfalo nazca a pesar de todo, palpite por unos instantes y muera también, ahogado en sangre, a fin de que la madre se salve y pueda llorar. Después de todo, la guillotina primero ensayó su eficacia cortándole la cabeza, no a los reyes, sino a los cadáveres.
¿Después de que mi cabeza se haya desprendido del cuerpo, podré oír, por lo menos por un momento, el sonido de mi propia sangre cuando brote de mi cuello?, quedo en silencio por un momento y agrego sería el mayor placer para terminar todos mis placeres
Hay un dirigente de ellos que nos dijo, casi en una actitud de caradurismo, que paguemos el lomo 80 pesos como los uruguayos, qué poco le importan los argentinos.
En principio el fin de la guerra, es mantener a la sociedad al borde de la hambruna. La guerra la hace el grupo dirigente contra sus propios sujetos y su objetivo no es la victoria, si no mantener la propia estructura social intacta.