Yo era un niño muy curioso y, cuando tenía diez años, cayó en mis manos un libro sobre ovnis. Casualidad o no, en aquella época en mi Vitoria natal se produjeron algunos incidentes de este tipo, no muy lejos de mi barrio. Pues allá me fui, con una grabadora que compré gastando todos mis ahorros. Y hasta ahora.
Lo más curioso que hay en la vida es el espectáculo de la muerte.