Las confidencias del amor no pueden ser confiadas al aire sin acarrear desastres. Deben ser reveladas solamente por escrito, no caer en oídos de nadie, disimularse a la naturaleza y a todas las clases de la sociedad.
Para describir el cielo, no es necesario transportar hasta él los materiales de la tierra. Es necesario dejar la tierra, sus materiales, allí donde están, a fin de embellecer la vida con su ideal.
Si nuestro teatro tuviese el temblor de las fiestas de toros, sería magnífico. Si hubiese sabido transportar esa violencia estética, sería un teatro heroico como La Iliada... Una corrida de toros es algo muy hermoso