Un matrimonio aceptable sería sólo aquel en que ambos tuvieran su propia vida independiente sin nada de aquella fusión producto de la comunidad de intereses determinada por factores económicos, pero que asumieran libremente una responsabilidad recíproca.
Es la preocupación por las posesiones, más que ninguna otra cosa, lo que evita que el hombre viva noble y libremente