Sin embargo, volviendo al principio, había por otro lado otros que se habían abierto camino con esfuerzo hasta la cima desde el peldaño más bajo sin que nadie les echara una mano. Puro talento natural, eso. Con inteligencia, señor.
El arte es largo, la vida breve, la ocasión fugitiva, la experiencia falaz, el juicio dificultoso. No basta que el médico haga por su parte cuanto debe hacer, si por otro lado no concurren al mismo objeto, los asistentes y demás circunstancias exteriores.
La juventud es tantas cosas que no puede ser además sabiduría, experiencia.
Lo maravilloso es que el ejercicio moderno de la enseñanza no haya ahogado por completo la sagrada curiosidad por investigar, pues esta delicada plantita, además de estímulo, necesita, esencialmente, de la libertad, sin la cual perece de modo inevitable.
No sólo de palabras vive el hombre, pese a que en alguna ocasión tenga que comérselas.
Sé ganar, pero también sé perder. Ha sido un día más de mi vida, del que voy a aprender mucho. Hoy todo ha ido perfecto, pero desafortunadamente no ha sido suficiente. Durante el campeonato hemos tenido altos y bajos, y hemos pagado por estos últimos. Y pese a todo, creo que todos en el equipo han trabajado muy bien. Debemos estar muy contentos con el título de Constructores que hemos ganado
El poder produce la división salomónica de la sociedad y del género humano entre aquellos que lo detentan y aquellos que lo sufren -por un lado, los que tienen el poder, lo ejercen, lo aman, lo desean, lo reclaman y casi siempre disponen de él, por otro lado aquellos sobre los que se ejerce.
Sin embargo, volviendo al principio, había por otro lado otros que se habían abierto camino con esfuerzo hasta la cima desde el peldaño más bajo sin que nadie les echara una mano. Puro talento natural, eso. Con inteligencia, señor.
El sufrimiento incluso le gustaba, porque justificaba y atizaba su odio y su cólera y el odio y la cólera atizaban a su vez el sufrimiento al calentar más su sangre y enviar nuevas oleadas de sudor a los poros de la piel.
Hombre, si le das a Dios tu corazón, él te da a su vez el suyo: ¡ah, qué ventajoso canje! tú asciendes, él desciende.