El líder capaz, entrena su suplente el cual puede delegar a voluntad cualquier detalle de su posición. Sólo de esta manera un líder se multiplica y se prepara para estar en muchos lugares y dar atención a muchas cosas al mismo tiempo.
Las leyes supresoras tienden a fortalecer lo que prohíben. Este es el punto preciso sobre el cual todos los legalistas de nuestra historia han basado su seguridad en el trabajo.