Cada vez que un hombre defiende un ideal, actúa para mejorar la suerte de otros, o lucha contra una injusticia, transmite una onda diminuta de esperanza.
Gota pequeña, mi dolor. La tiré al mar. Al hondo mar. Luego me dije: A tu sabor, ¡Ya puedes navegar! Más me perdió la poca fe...La poca fe de mi cantar. Entre onda y cielo naufragué. Y era un dolor inmenso el mar.