Al margen de lo que la otra persona pueda hacer, tú debes realizar todo lo que te sea posible, has de darte al cien por cien. Todo lo que puedas hacer por ti, lo haces también por ella. No lo dejes para más tarde, no pongas condiciones diciendo: Si no te esfuerzas por reconciliarte, yo tampoco lo haré, ya que entonces no funcionará. La paz, la reconciliación y la felicidad empiezan, en ti.
Es muy simple; cuando uno quiere a una persona puede llamarla por cualquier nombre, que siempre tiene un sentido cariñoso.