No es que pueda vivir, es que quiero. Es que yo quiero. La vieja carne al fin, por vieja que sea. Porque si la memoria existiera fuera de la carne no sería memoria porque no sabría de qué se acuerda y así cuando ella dejó de ser, la mitad de la memoria dejó de ser y si yo dejara de ser todo el recuerdo dejaría de ser. Sí, pensó. Entre la pena y la nada elijo la pena.
Oponerme a la dictadura era mi deber, so pena de incurrir en la nota de infame, desleal y falso magistrado. Y si porque me opuse se me califica del enemigo del Libertador, puedo vanagloriarme entonces
Me he consagrado a vivir, a concentrarme en la búsqueda de un equilibrio entre los tratamientos que alargan la vida y las acciones que la enaltecen. La realidad de este padecimiento no será un impedimento sino más bien una herramienta que usaré para cosechar y aprovecharé más y mejor el tiempo que se me ha dado.
Los más insolentes en la prosperidad son en la adversidad los más débiles y cobardes; doblan la cerviz en faltándoles la autoridad, y se les ve tan abatidos como se les conoció soberbios; en un momento pasan de un extremo a otro.
En toda adversidad de fortuna, el mayor mal es haber sido antes felices.
La dificultad atrae al hombre de carácter, porque es en la adversidad que el verdadero hombre se conoce a sí mismo.
Constituye una dificultad para la filosofía el hecho de que la mayoría piense que la autoconciecia no contiene más que la existencia particular empírica del individuo.
¿Quiénes son los guardianes de la historia? Los historiadores, naturalmente. Las clases educadas, en general. Parte de su trabajo es la de conformar nuestra visión del pasado de manera que sostenga los intereses del poder presente. Si no lo hacen así, serán probablemente marginados de una manera o de otra
Un estado totalitario armonizará en España el funcionamiento de todas las capacidades y energías del país, que dentro de la Unidad Nacional, el trabajo estimado como el más ineludible de los deberes será el único exponente de la voluntad popular. ** Nota: Discurso sobre el tipo de Gobierno que ejercería tras la guerra civil en el contexto de Europa y de la Reconstrucción Nacional.
Los cuentos bonitos siempre hacen perder la noción del tiempo y, gracias a ellos, nos salvamos del agobio de lo práctico El Cuarto de Atrás.
Escribir sobre la melancolía solo tendría sentido para aquellos a quienes la melancolía satura o si el escrito viniera de la melancolía. Trato de hablarles de un agobio de tristeza, de un dolor intransmisible que nos absorbe a veces, y a menudo, perdurablemente, al punto de hacernos perder el gusto por toda palabra, por todo acto, el gusto mismo por la vida.
El fuerte aguanta y resiste los golpes. El insensato, ni los siente siquiera. Sólo un ignorante no teme las heridas, mientras que el prudente no permite que el miedo al sufrimiento le separe jamás de una conducta noble y santa
El sufrimiento de los males físicos y morales es la ofrenda más digna que puedes hacer a aquel que nos ha salvado sufriendo
Así el Siglo XX así zumbó la Limitada rugió cerca y dejó tres hombres aún hambrientos en las vías, mirando con afán las luces de cola secarse y converger, huyendo, barrenadas y diestras, fuera de la vista.
El amor sin ternura es puro afán de dominio y de autoafirmación hasta lo destructivo. La ternura sin amor es sensiblería blanda incapaz de crear nada.
Considero a Berlín como los testículos de occidente, cuando quiero que occidente grite, aprieto a Berlín.
¿Por qué tiene la voluntad influjo sobre la lengua y los dedos y no sobre el corazón y el hígado? esta pregunta nunca nos pondría en un aprieto si fuéramos conscientes de un poder en el primer caso, pero no en el último.
Vivir cerca de personas cuya condición representa un reproche ético permanente es una fuente de incomodidad incluso para los ricos.
En el andén del tren del purgatorio preguntan quién quiere alquilarse un dormitorio en el vagón de la clase ejecutiva donde Dios, el Diablo y sus mortajas juegan los dos tu futuro a las barajas
...y el lunes al café del desayuno - vuelve la guerra fría - y al cielo de tu boca el purgatorio
El castigo más justo es aquel que uno mismo se impone.
El cuerpo interrogado en el suplicio es a la vez el punto de aplicación del castigo y el lugar de obtención de la verdad. Y de la misma manera que la presunción es solidariamente un elemento de investigación y un fragmento de culpabilidad, por su parte el sufrimiento reglamentado del tormento es a la vez una medida para castigar y un acto de información.
El dinero no es una invención estatal ni el producto de un acto legislador. La sanción o aprobación por parte de la autoridad estatal es, pues, un factor ajeno al concepto del dinero. El hecho de que unas determinadas mercancías alcancen la categoría de dinero surge espontáneamente de las relaciones económicas existentes, sin que sean precisas medidas estatales.
Dada la inclinación general de los hombres al abuso del poder, todo gobierno es malo y toda autoridad quiere decir tiranía, como toda ley se traduce por la sanción de los abusos inveterados. Al combatir formas de gobierno, autoridades y leyes, al erigirse en disolvente de la fuerza política, el libertario allana el camino de la revolución.
Paréceme también que uno de los mejores medios para nuestro adelantamiento en la perfección, es el examen particular sobre el defecto con el que nos hemos propuesto acabar, o sobre la virtud contraria que deseamos adquirir; y apuntar nuestras faltas en un cuadernito, para imponernos al fin de cada día alguna penitencia por ellas.
Un viernes, en la Sagrada Comunión, dijo estas palabras a su indigna esclava: Te prometo, en la excesiva misericordia de mi Corazón, que su amor omnipotente concederá a todos los que comulguen Nueve Primeros Viernes de mes seguidos, la gracia de la penitencia final; no morirán en mi desgracia y sin haber recibido los Sacramentos; mi Divino Corazón será su asilo seguro en el último momento.
Más vale un abrojo de experiencia que toda una selva de advertencias
La religión sirve para impedir el conocimiento, promover el miedo y la dependencia. Es responsable en gran parte de la guerra, opresión y miseria del mundo
La prontitud devota de nuestro espíritu y crianza, la poca detención en el conocimiento de nuestra máquina corporal y la mucha miseria de nuestra filosofía, nos arroja a empujar hacia la banda de los milagros infinitos sucesos que tienen su derivación de la naturaleza solamente.
Como prueba de que eres un samurái, estás sentado con las piernas cruzadas en la esterilla, al estilo de los guerreros, como si aún llevaras armadura
Tener no es signo de malvado y no tener tampoco es prueba de que acompañe la virtud, pero el que nace bien parado en procurarse lo que anhela no tiene que invertir salud
La igualdad no sirve si no hay libertad. La finalidad de cualquier régimen es la realización del individuo. Eso requiere una sociedad meritocrática, que reconozca el valor del esfuerzo y el mérito individual. Sin que eso dé derecho a privilegios.
La vida no regala nada a los mortales, sin un gran esfuerzo