... encuentro que el género humano es execrable en general y los hombres, por su orgullo y desmedida ambición, en particular.
El orgullo engendra al tirano. El orgulllo, cuando inútilmente ha llegado a acumular imprudencias y excesos, remontándose sobre el más alto pináculo, se precipita en un abismo de males, del que no hay posibilidad de salir.
¿De qué tiene miedo? Aquí solamente estamos nosotros, el viento y los perros. La lista de los testimonios tranquilizadores no era, a decir verdad, muy feliz: el viento es parlanchín por definición, y el príncipe era a medias siciliano. De absoluta confianza solamente eran los perros y sólo porque estaban desprovistos de lenguaje articulado.
La verdadera confianza no deja lugar a los celos. Cuando uno sabe que es grande, no tiene necesidad de odiar.
Es falso que la pretensión a una recompensa no convenga a la verdadera virtud y que ofenda su pureza; pues, por el contrario, sirve para mantenerla, dado que el hombre es demasiado débil para desear la virtud con el fin de complacerse a sí mismo.
¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional
El cielo se cansó de la soberbia y el lujo de China... Yo soy del norte bárbaro. Llevo la misma ropa y como los mismos alimentos que los pastores de vacas y caballos. Hacemos los mismos sacrificios y compartimos nuestras riquezas. Veo a la nación como a un niño recién nacido y me preocupo por mis soldados como si fueran mis hermanos
Aumenta la soberbia el buen vestido.