--¡Carajo! Yo con semejante despliegue monto mi campaña para la presidencia.
Nada sabrás de lo que padecí en tu ausencia, de la sangre que derramé sólo con la esperanza de liberarme de ti. Pensarás que ha sido un día como tantos otros. Pero yo sabré que en este día, en este día semejante al que divide el A.C. Del D.C., me armé de valor para llevar a cabo un plan tremendo y contundente que no sometí a tu aprobación.
Inteligencia apropiada para desempeñar un oficio, conducta ejemplar en la sociedad, virtud pareja a la del príncipe, talento suficiente para servir al estado, todos ellos atributos que hacen a un hombre tan orgulloso como esas pequeñas criaturas.
Las ideas son como los conejos. Usted recibe una pareja y aprender a cuidarla, y muy pronto tiene una docena.
¡Qué hermosa noche para la vida del hogar, para el dúo de los labios y la canción del niño! Si yo tuviera un hijo, me acercaría de puntillas a su cuna para verlo dormir.
Yo también abro la tierra y con ella abro mi fe apúrate yunta e'negro que comienza a amanecer.
El doctor Barrios se alejó despacito, pensando en lo bella y sensible que era la hija de su colega y en la semejanza que la vida tiene con los rosales; apenas una rosa acaba de perfumar la existencia de algún hombre cuando se deshoja, y luego otro nuevo capullo se abre en un nuevo florecimiento, tan intenso como el de la rosa muerta.