No hay tiempo que no se acabe ni tiento que no se corte.
Hay que andarse con tiento en eso de cantar victorias diplomáticas sobre otra nación, porque el cacareo puede deshacer lo que ha logrado hacer la diplomacia.
Porque yo tuve un día una mañana y un amor. Fino y frío amor, tan claro que lo empañaba el tacto de pensarlo
La visión es el tacto del espíritu.