Atrás quedarán quienes en su accionar público han mostrado ser ineficientes e incapaces de atender las responsabilidades que les hemos confiado los dominicanos; los que sólo pueden venderse en los medios como un producto pues no pueden mostrar logros de gestión que hayan mejorado la vida de los y las ciudadanas en su paso como ex-legisladores, ex-ministros, o ex-presidentes.
Si a los cultos estuviera confiado dar el aliento a los idiomas, todavía estaríamos hablando en latín
La humanidad trabaja por horror al trabajo, por un afán tenaz y esperanzado de librarse de él.
Tanto el lector como el pensador, el esperanzado y el flâneur, son todos tipos del iluminado, como lo son el que consume opio, y el soñador, y el embriagado. Y ellos son, además, los más profanos. Por no hablar de la más terrible de las drogas la más terrible, a saber, nosotros mismos, que consumimos en nuestra soledad.
Pero, son situaciones más allá del límite de la normalidad, en donde se rompe, se descompone la normalidad. La lógica siempre es producto de la normalidad. O sea, los grandes cambios paradigmáticos, obviamente no pueden sostenerse a partir de la lógica. La lógica siempre es el resultado positivo de la comparabilidad paradigmática.
No se puede vivir de esta forma negativa... simplemente cambia tu día viviendo en positivo
La cultura no puede ser ni gratis, porque los creadores tienen que vivir de ella, ni cara, para que todos podamos acceder a ella. Por eso, hay que lanzar un mensaje esperanzador a los jóvenes, que son quienes cometen más estas actividades delictivas, porque su poder adquisitivo es menor y sus necesidades culturales más amplias.
El mundo es más compasivo y esperanzador cuando colaboramos juntos
El paso más prometedor en la trayectoria errátil pero firme de la humanidad es el conocimiento generalizado de los deportes.
Déjame vivir ilusionado que para lo que dura la vida, más vale engañarnos seriamente, y no andar en controversias.
Las posibilidades creativas de lo nuevo suelen ser descubiertas lentamente por medio de esas formas e instrumentos antiguos que han sido despachados por lo nuevo, pero que, justamente, con la presión de lo nuevo, se dejan arrastrar a un florecimiento casi eufórico