Cuando un hombre dice: yo soy apolítico, es como si dijera: yo soy un cretino. No digo lo mismo de un opositor que no comparte mis ideas. Pienso que es un equivocado, pero nunca pienso que es un cretino.
El que quiere ser opositor y el que dice ser un revolucionario, todos entran y salen de esta ciudad Valiente, que en definitiva es Bendita, por su gente. Ciudad Bendita.
El que quiere ser opositor y el que dice ser un revolucionario, todos entran y salen de esta ciudad Valiente, que en definitiva es Bendita, por su gente. Ciudad Bendita.
Hay que comparar cuidadosamente el ejército opositor con el propio para saber dónde la fuerza es superabundante y dónde deficiente.
Aceptar las reivindicaciones de la oposición era liquidar Octubre.
Hay que comparar cuidadosamente el ejército opositor con el propio para saber dónde la fuerza es superabundante y dónde deficiente.
Cuando un hombre dice: yo soy apolítico, es como si dijera: yo soy un cretino. No digo lo mismo de un opositor que no comparte mis ideas. Pienso que es un equivocado, pero nunca pienso que es un cretino.
El que quiere ser opositor y el que dice ser un revolucionario, todos entran y salen de esta ciudad Valiente, que en definitiva es Bendita, por su gente. Ciudad Bendita.
Hay que comparar cuidadosamente el ejército opositor con el propio para saber dónde la fuerza es superabundante y dónde deficiente.
Aceptar las reivindicaciones de la oposición era liquidar Octubre.