Nunca he trabajado buscando premios. Hago tanto por recibir premios como por ir a la cárcel, pero no me consideren desagradecido hacia este honor; es sólo que ni premios ni cárcel podrán nunca apartarme del camino que me he trazado.
Él me miró durante tanto tiempo y con tal fijeza, que me hizo experimentar deseos de abofetearle o de echarme a reír en sus propias narices. Comenzaba a sentirme a disgusto en aquel agradable círculo familiar. Tan ingrato ambiente neutralizaba el confortable calor que físicamente me rodeaba, y resolví no volver en mi vida.
¡Mirad a este hombre injusto e ingrato que quiere quitarme mi país sin consideración para Dios ni para los hombres! Soy huérfano y cuento con vosotros para defenderme en memoria de mi padre que tanto os amó