La imparcialidad es un nombre pomposo para la indiferencia, que es un nombre elegante para la ignorancia.
En la carrera de la imparcialidad siempre nos quedamos a medio camino.
Gandhi decía que el no violento no puede tratar con neutralidad a las partes de un conflicto violento: el agresor es el enemigo, el agredido es el amigo, aunque sea violento. Yo he intentado toda la vida luchar por la vía no violenta. Sin embargo declaro aquí y lo digo bien alto por si me escucha algún policía o fiscal: me declaro enemigo del estado español y amigo de ETA y de Batasuna.
Administrad la justicia con ecuanimidad y rectitud y, si es necesario, con rigor y ejemplaridad. Pero cuando la naturaleza de las gentes y las cosas lo permitan, sed también misericordioso y benigno
La filosofía puede enseñarnos a sobrellevar con ecuanimidad los infortunios del prójimo.
Un periódico del día debería ser suficiente para cualquiera que todavía prefiere mantener un poco el equilibrio mental.
Los sidaicos, al respirar el virus por todos los poros, son un peligro para el equilibrio de la nación. El sidaico - si quieres, utilizo este nombre, es un neologismo, no es muy bonito pero no conozco otro- es contagioso por su transpiración, su saliva y su contacto. Es una especie de leproso...
¡Qué mayor dicha ni qué mayor gloria que la de pertenecer a un país donde se respeten las leyes, la equidad y el juicio de la opinión pública!
Construyamos los puentes del diálogo en lugar de muros de separación y puestos de control, y construyamos unas relaciones de cooperación basadas en la equidad y la paridad entre dos estados vecinos, en lugar de entablar políticas de ocupación, asentamientos, guerra y la eliminación mutua
No soy primariamente una defensora del capitalismo, sino del egoísmo; y no soy primariamente una defensora del egoísmo, sino de la razón. Si uno reconoce la primacía de la razón y la aplica consistentemente, todo lo demás viene por descontado. Esto, la supremacía de la razón, era, es y será el principal interés de mi trabajo, y la esencia del objetivismo
La gente cree que el poeta es más bien un individuo enflaquecido, soñador, que vive en la evasión. No: vive en la mayor realidad posible. La poesía, para mí, es el mayor realismo posible.
Detesto la vulgaridad del realismo en la literatura. Al que es capaz de llamarle pala a una pala, deberían obligarle a usar una. Es lo único para lo que sirve.