La guerra digital es hoy la guerra civil de España. Ya no se pelean nuestros políticos por un pedazo de tierra o de pan, por Cristo o Lenin, por Azaña o Franco, por las fincas del señorito o los huevos del señorito. Ahora se pelean, tan adultos, tan sabios, por un mando a distancia.
De lo que estoy convencido es de que un país que pretende hacer de su cultura una de las herramientas de su renacimiento económico no puede al mismo tiempo ser la Somalia de la propiedad intelectual. Es decir, no puede ser al mismo tiempo el paraíso de la piratería digital