La poesía es a la vez un escondrijo y un altavoz.
Te voy a dar la guarida que tiene la vida pa ́ seguir viviendo, pa' vivir queriendo, lo mejor de la vida es vivir es vivir el momento y así te lo cuento, pa' que tú la bailes, pa' que baile el viento, pa' que bailes conmigo lento, toma la cara y la cruz de mis sentimientos.
El poema sirve de guarida a mis escombros de espejo perverso de transparencia de sueños dibujados con debilidad por el alfabeto hostil.
De vez en cuando iba a pasar la noche en la biblioteca pública, para leer. Eso era como ocupar un palco en el paraíso. A menudo, cuando abandonaba la biblioteca, decía para mis adentros: ¿Por qué no vienes más a menudo? El motivo de que no lo hiciera, por supuesto, era que la vida se interponía en el camino. Uno muchas veces dice la vida para indicar el placer o cualquier distracción tonta.
¿Y torturar un animal en la plaza motivo de elogio?
El origen del ultrademocratismo es la aversión individualista de la pequeña burguesía a la disciplina. Una vez introducida en el Partido, esta aversión se traduce en ideas ultrademocráticas en lo político y lo organizativo, ideas absolutamente incompatibles con las tareas de lucha del proletariado.
La desigualdad es el origen de todos los movimientos locales.
La excitación es el fundamento del erotismo, su enigma más profundo, su palabra clave.
Dale vueltas al comunismo, en todos sentidos, y llegarás al punto que, de grado o por fuerza, el individuo deberá sacrificase a la colectividad o a la democracia comunista. Mientras una sociedad no me permita comer, vestir, morar, difundir mis ideas a mi manera y sin control alguno -a condición de que no domine ni explote a nadie- consideraré su fundamento como autoritario.