El valor económico del trabajo de un hombre está determinado, en un mercado libre, por un solo factor: El consentimiento voluntario de aquellos con la voluntad de comerciar con él a cambio de sus productos o de su trabajo
He decidido algo: comerciar cosas realmente fétidas. Enseguida se convertirían en éxito en un mercado masivo que realmente apesta
No tiene sentido tratar de ocultarlo.
Siempre hay que tratar a los empleados exactamente como queremos que ellos traten a nuestros mejores clientes. Se puede comprar el trabajo de una persona, pero no se puede comprar su corazón. En el corazón están su lealtad y su entusiasmo. Tampoco se puede comprar su cerebro. Allí están su creatividad, su ingenio, sus recursos intelectuales.
No se puede dialogar con quien no sabe razonar. Si la razón está en el diálogo, como advierte Habermas, que demuestre cómo se puede dialogar con quien no sabe razonar.
Nos resulta bastante molesto tener que dialogar de una manera agresiva con el público. Invisible y creo que gran parte del público necesita cortar con el diálogo provocativo, negligente y chanta. Por eso no vamos a tocar ni nada pesado ni nada liviano. Vamos a tocar lo que queremos, y ustedes van a escuchar lo que vinieron a escuchar en este concierto. Vamos a tocar Suspensión.
Me parece que, al discutir los problemas naturales, no se debería partir de la autoridad de los pasajes de la Escritura, sino de la experiencia de los sentidos y de las demostraciones necesarias. Porque la Sagrada Escritura y la naturaleza proceden igualmente del Verbo divino, aquélla como dictado del Espíritu Santo, y ésta como la ejecutora perfectamente fiel de las órdenes de Dios
Se podría discutir cuántos años tardará, se podría discutir qué compañías serán las ganadoras o perdedoras, pero no creo que ninguna persona racional discutiese que todos los ordenadores se usarán de esta forma algún día
Queremos recuperar los comportamientos leales y queremos imaginar una España que en lugar de tener que pactar Zapatero con ERC, tanto el PSOE como el PP puedan pactar con nosotros para poder marcar un ritmo de Estado en lugar de tener que estar condicionados por los partidos nacionalistas.
No se puede pactar con las dificultades, o las vencemos o nos vencen.
En verdad, si se considera por una parte el arte, la riqueza, el inmenso número de los medios puestos en acción, y por otra parte el fruto insignificante del resultado, es preciso convenir que la vida es un mal negocio, un negocio en el que los beneficios ni siquiera cubren los gastos
Cuando una necesidad posee un carácter suficientemente universal y suficientemente uniforme como para que sea propio llamarle necesidad pública, puede convenir a todos los hombres que forman parte de un conglomerado (comuna, provincia o nación), proveer a la satisfacción de esa necesidad por medio de una acción o una delegación colectiva.
En busca de la ballena habíamos estado navegando por el Ecuador a unos veinte grados al oeste de las Galápagos; y toda nuestra faena, después de determinado nuestro derrotero, fue ajustar las vergas y mantenernos a favor del viento: el buen barco y la constante brisa harían el resto.
Predicar moral es fácil, mucho más fácil que ajustar la vida a la moral que se predica
El Patricio era un pragmático. Nunca trataba de arreglar las cosas que funcionaban. Las que no, de todas formas se rompían.
Ejercítate y mantente en buenas condiciones. Los ejercicios básicos de yoga ayudan muchísimo, tanto a la mente como al cuerpo; y si uno se las puede arreglar para practicar una o dos horas semanales de judo, eso le liberará de todos sus complejos
Es propio del filósofo poder especular sobre todas las cosas.
No vale la pena especular sobre ello, ya que el alivio aunque fue sólo un alivio comparable al que un latigazo produce en medio de una gran tensión o un relámpago a mitad de un día sofocante vino con el último cambio y se produjo con gran precipitación.