El hombre es la naturaleza que toma conciencia de sí mismo.
El arte es el placer de un espíritu que penetra en la naturaleza y descubre que también ésta tiene alma.
Las mujeres no son más que órganos genitales articulados y dotados de la facultad de gastar todo el dinero del hombre.
Los actos contra la naturaleza engendran disturbios contra la naturaleza.
La función capital de la cultura, su verdadera razón de ser, es defendernos contra la naturaleza
La literatura que no es aliento para la sociedad contemporánea, que no se atreve a transmitir los dolores y los temores de la sociedad, que no advierte a tiempo las amenazas contra la moral y los peligros sociales, no merece el nombre de literatura, sino que es sólo una fachada
No creer en Dios es mucho más difícil de lo que se piensa. Para seguir haciéndolo es necesario abstenerse de mirar la naturaleza y de reflexionar sobre lo que vemos.
De hecho, una de mis mayores quejas sobre el campo de la informática es que mientras que Newton pudo decir: Si he visto un poco más lejos que otros, es porque me he apoyado en los hombros de gigantes, me veo obligado a decir Hoy en día nos encontramos sobre los pies del otro... La ciencia se supone que es acumulativa, no una duplicación casi interminable de cosas de la misma naturaleza
La evidencia epidemiológica indica que el HIV es un virus establecido hace largo tiempo, transmitido perinatalmente. El HIV actúa como un marcador para el riesgo del SIDA en América, debido a que es raro y no transmisible por contactos horizontales diferentes de las transfusiones frecuentes, las drogas intravenosas, y sexo repetido o promiscuo
La masturbación es el sexo con alguien a quien amas.
Las mujeres no son más que órganos genitales articulados y dotados de la facultad de gastar todo el dinero del hombre.
Los actos contra la naturaleza engendran disturbios contra la naturaleza.
La función capital de la cultura, su verdadera razón de ser, es defendernos contra la naturaleza
La literatura que no es aliento para la sociedad contemporánea, que no se atreve a transmitir los dolores y los temores de la sociedad, que no advierte a tiempo las amenazas contra la moral y los peligros sociales, no merece el nombre de literatura, sino que es sólo una fachada