El liderazgo está directamente relacionado con la derrota. Porque es ahí cuando se verifica la consistencia del conductor. Una de las claves que tiene que tener un líder, es que necesita ser querido para ganar, y no ganar para ser querido.
La sentencia de muerte no significa nada para mí; pero mi reputación histórica significa mucho. Por eso me alegro tanto de que fuera Doenitz quien firmara la rendición. No hubiera querido que mi nombre estuviera relacionado con eso en el futuro. Un país nunca piensa nada bueno de los líderes que aceptan la derrota. Y sobre la muerte... no he temido a la muerte desde que tenía doce o catorce años.