Mis ojos son dos cruces negras, que no han hablado nunca claro, mi corazón lleno de pena, y yo una muñeca de trapo
¿Quién pensara jamás llegase un día en que, perdido el celestial encanto y caída la venda de los ojos, cuanto diera placer causara enojo?.
Por más que animes tanto como quieras a alguien que tienen los ojos vendados a mirar a través de la venda, no verá jamas. No empezará a ver más que desde el momento en que se quite la venda
Pero la vida de ella era fría como una buhardilla, con tragaluz al norte y donde el hastío, araña silenciosa, tejía su tela en la penumbra por todos los rincones de su corazón.
El sol no había nacido todavía. Hubiera sido imposible distinguir el mar del cielo, excepto por los mil pliegues ligeros de las ondas que le hacían semejarse a una tela arrugada
Supongo que no soy como Emily Dickinson, que mantiene las cosas envueltas en una cinta en su cajón.
Sí, en el cine todo te distrae: desde un señor que está colocando un foco, hasta otro que está cambiando la película de la cámara, o quizás esté haciendo mediciones con un foco y se acerca con una cinta y te la coloca delante. Es decir, tú aprendes a concéntrate en medio de todo eso.
Mis ojos son dos cruces negras, que no han hablado nunca claro, mi corazón lleno de pena, y yo una muñeca de trapo
Cuando me preguntan por mi trabajo les digo que solo pego con cinta Hiladora las roturas del papel del mundo
Sí, en el cine todo te distrae: desde un señor que está colocando un foco, hasta otro que está cambiando la película de la cámara, o quizás esté haciendo mediciones con un foco y se acerca con una cinta y te la coloca delante. Es decir, tú aprendes a concéntrate en medio de todo eso.