Es sobre la base de la voluntad del individuo, que la enseñanza libertaria puede ser encarnada en la vida real y limpiar el sendero que ayude al Hombre a deshacerse de todo espíritu de sumisión de su seno.
Las presiones que al Estado de los Austrias o de los Borbones han ejercido sobre España en general y sobre Cataluña en particular durante los siglos XVI al XVIII no han sido lingüísticas. Ni importaba el uso de una u otra lengua, ni se cohibía, ni el Estado tenía medios ni voluntad de ejercer actividades que tuvieran relación con las publicaciones, ni con la enseñanza de la lengua.
El valor en la vida es con frecuencia un espectáculo menos dramático que el valor ante el momento final; pero no deja de ser una magnífica amalgama del triunfo y tragedia. Un hombre hace lo que debe -sin importarle las consecuencias personales, los obstáculos, las presiones ni los peligros-, y este es el fundamento de toda moralidad humana.
La libertad, la moralidad y la dignidad humana del individuo consisten precisamente en que haga el bien no porque esté forzado a hacerlo, sino porque libremente lo conciba, lo quiera y lo ame