Hace cincuenta años todas las empresas querían ser innovadoras, pero a menos que fueras una empresa capaz de liderar los cambios bruscos del mercado, era imposible tener una mentalidad innovadora. La innovación exige un acercamiento sistemático, porque es muy impredecible.
Las actitudes colectivas y la mentalidad evolucionan y, en ciertos aspectos, hasta se revolucionan.