Lo maravilloso es que el ejercicio moderno de la enseñanza no haya ahogado por completo la sagrada curiosidad por investigar, pues esta delicada plantita, además de estímulo, necesita, esencialmente, de la libertad, sin la cual perece de modo inevitable.
Un hombre puede combatir una afirmación con un razonamiento; pero una sana intolerancia es el único modo con que un hombre puede combatir una tendencia.
La muerte puede consistir en ir perdiendo la costumbre de vivir.
Se tiene la costumbre de creer que la prisión era una especie de depósito de criminales, depósito cuyos inconvenientes se habrían manifestado con el uso de tal forma que se diría era necesario reformar las prisiones, hacer de ellas un instrumento de transformación de los individuos.
La soledad es la usanza más difícil pero es la única y legítima madre, porque en ella se encuentra no sólo el amor a lo que existe sino también el amor a lo que no existe.
En la actualidad la relación con el contador debe ser tan íntima y estrecha, y casi tan parecida, como la que se tiene con el médico personal.
En la actualidad los lectores no tienen la posibilidad de juzgarme a mí y a mi novela en el tribunal más severo que existe, es decir, en sus corazones y en sus conciencias. Como siempre, éste es el tribunal por el que yo quiero ser juzgado.
Un examen detallado del libro del obispo me ha convencido de que este no es una representación actualizada de los resultados de la erudición moderna, sino, por el contrario, es una revitalización de una escuela de crítica que estuvo en boga hace unos setenta años y que descartaba casi totalmente los resultados de las investigaciones de los últimos cincuenta años'.
Hay una tendencia a considerar cualquier comportamiento humano que sea inusual, no bien conocido, o no bien entendido, como neurótico, psicópata, inmaduro, perverso, o la expresión de algún otro tipo de trastorno psicológico
La fraternidad es el amor recíproco, la tendencia que conduce al hombre a hacer para los demás lo que él quisiera que sus semejantes hicieran para él.
Mi preferencia es por el tipo de instituciones económicas que han sido llamadas, creo que por Robert LeFevre, agóricas. Bajo las instituciones agóricas casi todo el mundo trabaja por cuenta propia. En lugar de la corporación existen grandes grupos de emprendedores relacionados por el comercio, no por la autoridad. Cada uno vende, no su tiempo, sino lo que su tiempo produce.
El crimen del loco consiste en que se prefiere a los demás. Esta preferencia impía me repugna en los que matan y me espanta en los que aman. La criatura amada ya no es, para esos avaros, sino una moneda de oro en que crispar los dedos. Ya no es un dios: apenas es una cosa. Me niego a hacer de ti un objeto, ni siquiera el Objeto amado
Dios ha creado al hombre como un animal sociable, con la inclinación y bajo la necesidad de convivir con los seres de su propia especie, y le ha dotado, además, de lenguaje, para que sea el gran instrumento y lazo común de la sociedad.
La inclinación de dos personas de distinto sexo es ya la voluntad de vivir del nuevo individuo que ellas pueden y querrían engendrar, una voluntad que ya se agita en el encuentro de sus miradas.