Todos los movimientos de acción colectiva, si necesitan de realizadores, necesitan también de predicadores. El realizador es un hombre que hace sin mirar al lado y sin mirar atrás. El predicador es el hombre que persuade para que todos hagamos, simultáneamente, lo que tenemos que hacer.
Ser puritano, mojigato o predicador es malo. Ser las tres cosas a la vez me recuerda los peores excesos de la Revolución Francesa.
El señor Bautista, cuando dice que hay una especie de corrupción moral en la sociedad, yo creo que el señor Bautista no tiene que autoproclamarse el evangelizador de la sociedad, sino que la sociedad tiene una moral propia, y que quizá la sociedad sería quien deberia evangelizar a la Sociedad General de Autores para que deje de perseguir a los ciudadanos honestos
Yo fui un niño de la guerra. Conocí las llamas privaciones: no me veía privado de postre por una travesura, sino de pan, de leche, de carne, de electricidad, de libertad. Cuando los alemanes fueron obligados a volver a su país, me abalance sobre las cosas como un muerto de hambre. Estaban de moda los cineclubes y nos atiborramos de películas, de análisis crítico, a veces militante
Soy un militante incorregible del optimismo. Para no ser un estúpido, el optimista debe saber que el mundo puede ser un sitio muy triste. Sólo un pesimista encuentra cada día lo más nuevo. ¿Puede un hombre sensato darse el lujo de ser pesimista? Eso era un lujo para tiempos menos complicados.
El señor Bautista, cuando dice que hay una especie de corrupción moral en la sociedad, yo creo que el señor Bautista no tiene que autoproclamarse el evangelizador de la sociedad, sino que la sociedad tiene una moral propia, y que quizá la sociedad sería quien deberia evangelizar a la Sociedad General de Autores para que deje de perseguir a los ciudadanos honestos