El humanitarismo consiste en no sacrificar jamás un ser humano a un objetivo.
El Señor te bendiga y te guarde; te muestre su rostro y tenga misericordia de ti. Vuelva a ti su mirada y te conceda la paz.
Lo que excusa la mezquindad de nuestros actos es que cuando los vivimos, padecemos, y es el caudal del dolor sufrido lo que al cabo determina la misericordia y liquida la expiación