Vamos, demuestra que estoy equivocado. Destruye la tela que forma el Universo. Mira si me importa.
La prosa -puede especularse- es discurso; la poesía elipsis. La prosa se habla en voz alta; la poesía se escucha a hurtadillas. La primera es presumiblemente articulada y social, un idioma compartido, la voz de la comunicación; la otra es privada, alusiva, inquietante, tímida, idiosincrásica como la delicada tela de una araña, una especie de hechizo insondable para las mentes comunes.
Sus palabras sobre el ejercicio de la paciencia, y sobre el estar prontos a servir y ajenos a la ira, son éstas: a quien te golpee en una mejilla, preséntale la otra, y a quien quiera quitarte la túnica o el manto, no se lo impidas. Más quienquiera que se irrite, es reo del fuego.
Se ve que no conoces a las mujeres, son capaces de todo, de lo mejor y de lo peor si les da por ahí, son muy señoras de despreciar una corona a cambio de ir al río a lavarle la túnica al amante o de arrasarlo todo y a todos para sentarse en un trono.
La justicia es unas estatuas feas en las plazas de las ciudades. Ninguna de ellas me gusta ni poco ni mucho -no son diosas ni mujeres. Yo amo la justicia de las mujeres sin túnica y sin divinidad.
Sus palabras sobre el ejercicio de la paciencia, y sobre el estar prontos a servir y ajenos a la ira, son éstas: a quien te golpee en una mejilla, preséntale la otra, y a quien quiera quitarte la túnica o el manto, no se lo impidas. Más quienquiera que se irrite, es reo del fuego.
Cuando veo una película, me encanta si vi un actor hacer algo y no darse cuenta hasta el final de la película que era una persona. Me encanta eso.
La película de gánsteres no es emotiva, como podría pensarse, sino más bien intelectual. ¿Julio Verne escritor del viaje? En absoluto, es el escritor del encierro.