En la concepción común, la obra de arte se identifica a menudo con la existencia del edificio, del libro, de la pintura o de la estatua, independientemente de la experiencia humana que subyace en ella.
La inversión debe ser más como esperar que la pintura se seque o que la hierba crezca. Si quieres emoción, toma 800 dólares y ve a Las Vegas.