La fuerza de una cultura reside en su capacidad para abrirse a otras, para integrarlas e integrarse en ellas. No importa cuán diferentes sean, señala Habermas, todas comparten algunos principios, Ninguna cultura tolera la explotación de los seres humanos. Ninguna religión permite la matanza de inocentes. Ninguna civilización acepta la violencia o el terror.
En cualquier lugar, las masas están integradas, en general, por tres categorías de personas: las relativamente activas, las intermedias y las relativamente atrasadas. Por eso, los dirigentes deben saber unir al pequeño número de activistas en torno a la dirección y, apoyándose en ellos, elevar el entusiasmo de los elementos intermedios y ganarse a los atrasados.
Los zapatos de plata tienen un poder maravilloso le explicó la Bruja Buena, y una de sus cualidades más curiosas es que pueden llevarte a cualquier parte del mundo con sólo tres pasos, y cada paso se da en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo que tienes que hacer es unir los tacones tres veces seguidas y ordenar a los zapatos que te lleven donde desees ir.
Las nacientes élites capitalistas no pretendían destruir a los aristócratas, sino unirse a ellos y para esto no tenían más remedio que imitar los cánones de consumo aristocráticos.
Las ideas no son perceptibles por nuestros sentidos sino que sólo las había conocido el alma estando separada del cuerpo y que, al unirse a él en el nacimiento, las olvidaba