Hombre que vais por el mundo: atended y entended. El tiempo de la confusión es ya en ustedes. Aún resta un tiempo... Comprende, observad, entended. Ya la gente cayó en la imitación pueril, en el vulgar inicuo, en la jactancia banal, en la ignorada desvergüenza; desubicada corre tras el oro por él robará, estafará, la ganará, en bien o mal hasta él... ¡Basta! El oro en castigo: ¡caerá!
Y no creáis, por cierto, que valéis menos porque los de Ciro, que antes se alineaban con nosotros, ahora hayan desertado. Pues éstos son peores incluso que los derrotados por nosotros; al menos en aquella batalla huyeron en dirección a aquéllos, tras habernos abandonado. A los que están dispuestos a comenzar la huida es mucho mejor verlos alineados con los enemigos que en nuestra formación.