¿Preguntas, Dino, qué me produce mi finca de Nomentano? Óyelo: el placer de no verte
Las masas, por el contrario, no pretenden el aumento de las oportunidades de éxito de los individuos. Lo que exigen no es el status del colono, sino el lugar del colono. Los colonizados, en su inmensa mayoría, quieren la finca del colono. No se trata de entrar en competencia con él. Quieren su lugar.
No hay en el mundo reino que tenga tantos premios públicos, encomiendas, pensiones, beneficios y oficios; con distribuirlos bien y con orden, se podría ahorrar de tocar tanto en la hacienda real o en otros arbitrios
Señor, consagro a Ti mi entusiasmo, toda mi hacienda y mi vida con tal de poder realizar la obra de tu amor.