En los torneos importantes no hay que temer a la perdida de una partida, sino al decaimiento del ánimo que ello puede ocasionar
Serás amado el día en que podrás mostrar tu debilidad sin que el otro se sirva de esto para afirmar su fuerza.
Lo que se opone más al hallazgo de la verdad no es la falsa apariencia que surge de las cosas, llevando al error, ni tampoco inmediatamente la debilidad de la inteligencia, sino la opinión presupuesta, el prejuicio que se impone como impedimento a priori a la verdad.
El se desmayó delante de mi. No fueron las pastillas, fueron los hombres de gris.
Ahora cuando nuestros cuerpos arriesgan un encuentro, temen desencadenar la furia de sus sentidos, y sólo en el breve desmayo de la despedida se estremecerá tu risco o vacilará mi ola.
Desde el fondo de mi abatimiento miro ahora más allá de los Andes y quisiera con toda mi alma estar allí.
Los hombres deberían saber que del cerebro y nada más que del cerebro vienen las alegrías, el placer, la risa, el ocio, las penas, el dolor, el abatimiento y las lamentaciones.
Si una nube lejana me saluda, si hay un ave que canta, si una muda y recóndita brisa inmola el desaliento de las rosas, si hay un rubor de sangre en la imprecisa hora crepuscular, yo me conturbo y tiendo mi sonrisa.
El desaliento es el suicidio del corazón
En el cansancio me fortalezco y maduro.
Estás pensando le dijo- que tengo una cara avejentada y cansada. Piensas que hablo de poder y que ni siquiera puedo evitar la decrepitud de mi propio cuerpo. ¿No comprendes Winston, que el individuo es sólo una célula? El cansancio de la célula supone el vigor del organismo. ¿Acaso te mueres al cortarte las uñas?
Nosotros, los pueblos de la Tierra, somos una gran familia. La nueva época ofrece nuevos retos y nuevos problemas mundiales, como las catástrofes ambientales, el agotamiento de recursos, conflictos sangrientos y pobreza.
Lo que más desgasta de una enfermedad es el agotamiento sin tregua que esta va produciendo.
A los desposeídos y marginados si algo pudiera pedirles sería perdón por no haber acertado todavía a sacarlos de su postración
Por no tener ideales cayó el Perú en la postración más abyecta.
No tildemos de mala suerte, a lo que sólo es indiferencia y flojera
La comprensión no excusa ni acusa: ella nos pide evitar la condena perentoria, irremediable, como si uno mismo no hubiera conocido nunca la flaqueza ni hubiera cometido errores. Si sabemos comprender antes de condenar estaremos en la vía de la humanización de las relaciones humanas.
Mi gracia te basta, que mi fuerza se muestra perfecta en la flaqueza
Comer con desgana convierte el alimento en repulsivo manjar.
Su ejemplaridad fue máxima cuando creyó que resistir en la Moncloa era un mal servicio a España. Su decisión no fue hija de la desgana de poder, porque en pocas personas se habrá dado tanta y tan noble ambición de Gobierno como en Adolfo Suárez.
En los momentos actuales, toda debilitación de los países democráticos, provocada por la negativa a cumplir el servicio militar, equivaldría a traicionar la causa de la civilización y la Humanidad.
Escribir sobre la melancolía solo tendría sentido para aquellos a quienes la melancolía satura o si el escrito viniera de la melancolía. Trato de hablarles de un agobio de tristeza, de un dolor intransmisible que nos absorbe a veces, y a menudo, perdurablemente, al punto de hacernos perder el gusto por toda palabra, por todo acto, el gusto mismo por la vida.
La melancolía es la dicha de estar triste.