Hoy no lució la estrella de tus ojos. Náufrago de mí mismo, húmedo del brazo de las ondas, llego a la arena de tu cuerpo en que mi propia voz nombra mi nombre, en que todo es dorado y azul como un día nuevo y como las espigas herméticas, perfectas y calladas.
La bomba atómica es fundamental. No para jugar a nada, sino para ser respetados. Es lo que en geopolítica se llama disuasión estratégica. Esto quiere decir, déjennos en paz. Cuando se tiene la bomba atómica se sienta para conversar en igualdad de condiciones. Lo mismo pasa con las Fuerzas Armadas. Si soy elegido, triplicaré su efectivo. Ellas son el brazo armaddo del pueblo.