Lo conocido es finito, lo desconocido infinito; desde el punto de vista intelectual estamos en una pequeña isla en medio de un océano ilimitable de inexplicabilidad. Nuestra tarea en cada generación es recuperar algo más de tierra.
Nadie escucha mi voz, si rezo o grito: soy isla asida al tallo de los vientos.
Por no tener ideales cayó la antigua Roma con toda su corte de bajezas y de inmoralidades.
Vi una estrella caer. Pedí un deseo. Y la estrella cayó en tu casa.