Las innovaciones deben introducirse poco a poco, casi insensiblemente
Pero lo que me ha tornado irritable es la duda: ¿Lo quiero o no lo quiero? Últimamente ha surgido un nuevo personaje en discordia: un joven estanciero de origen inglés, menos apuesto que él pero de trato agradable, se ha valido de su amistad con papá para introducirse en casa y dirigirme palabras galantes. Y he aquí la disyuntiva...
El Este ya no es el contrapeso del Oeste. Una nueva era: los Estados Unidos pueden ejercer impunemente su función de policías del mundo. Y ya se sabe que este país, que nunca fue invadido por nadie, tiene la vieja costumbre de invadir a los demás. En un par de siglos de vida independiente, más de doscientas agresiones armadas contra otros países independientes.
Cuando escucho a Wagner durante más de media hora me entran ganas de invadir Polonia.
Caramba, yo hubiera querido hacer un estudio experimental; pero he visto en los libros que tales estudios tratan sólo de investigar el cómo de las cosas; y entre mi primera idea, que era esta, de reconstrucción y la que averigua las razones que movieron a unos individuos a atacar a otro a puntapiés, más original y beneficiosa para la especie humana me pareció la segunda.
Emplear el sarcasmo con según que gente es como atacar un castillo con merengues.
¡Fatal ceguera de las pasiones! ¡Le daba las gracias por contribuir a mi perdición, por allanar el camino a los extravíos que iban a llevarme al borde de la sepultura!