Más fácil es aguantar la muerte sin pensar en ella, que el sufrimiento de morir con ella.
Aprender sin pensar es tiempo perdido; pensar sin aprender es peligroso.
La fe es el término medio entre la ligereza con que alguno precipitadamente cree y la pertinacia en no creer sino en lo que antes se demuestra por la razón.
Si yerro en mi creencia de que las almas de los hombres son inmortales, yerro alegremente y no deseo verme libre de tan delicioso error.
El sabio no se sienta para lamentarse, sino que se pone alegremente a su tarea de reparar el daño hecho.