Ya hemos indicado, por otra parte, que el favorecer la irrupción de los maketos es fomentar la inmoralidad en nuestro país; porque si es cierto que las costumbres de nuestro pueblo han degenerado notablemente en ésta época, débese sin duda alguna a la espantosa invasión de los maketos, que traen consigo la blasfemia y la inmoralidad.
Cuando muere una persona siempre sobreviene una especie de estupor, por lo difícil que es aceptar esta irrupción de la nada y prestarle credibilidad.
De una confidencia a una indiscreción no hay más distancia que la del odio a la boca.