La propensión al imperialismo es una de las fuerzas elementales de la naturaleza humana, lo mismo que la ambición de poder. Unas veces se trata del imperialismo del dólar; otras, de un imperialismo religioso o de un imperialismo artístico. Pero es siempre un signo de la fuerza vital del hombre. Mientras uno vive es imperialista; cuando ha muerto, ya no lo es...
Ahora las torturas se llaman apremios ilegales. La traición se llama realismo. El oportunismo se llama pragmatismo. El imperialismo se llama globalización. Y a las víctimas del imperialismo se las llama países en vía de desarrollo