La cosa es que, queriéndolo Él y pensando que se le da gusto, todo lo amargo se vuelve dulce y lo desabrido sabroso
Solo el hombre prosaico se aferra todavía a la oscura y ponzoñosa superstición de que el mundo se acaba en la colina más cercana, su universo llega hasta la orilla del río, su humanidad queda encerrada en el estrecho círculo de aquellos que comparten su ciudad, sus puntos de vista o el color de su piel.
Hay que tener un marido prosaico y tomar un amante romántico.
Soy un diablillo intenso y resuelto: terriblemente patoso y tan tenso que no entiendo como la gente puede soportar estar en la misma habitación que yo. Lo que sí sé es que yo no me soportaría
Llegó la pausa, evitad cambiar de canal en estos minutos no vaya a ser que os encontréis con esa mujer con ansias de fama, exhibiéndose en publico, justificando un frío asesinato.
Algún mecanismo automático chasqueó levemente en el voluminoso cerebro de la joven. Sintió que las rodillas se le aflojaban y una sensación de frío en el estómago. Se había enamorado de aquel hombre.