A los muertos no les importa cómo son sus funerales. Las exequias suntuosas sirven para satisfacer la vanidad de los vivos.
Los buitres del mar, en la piadosa mañana, y los tiburones, todos de riguroso negro. En vida, pocos de ellos habrían ayudado a la ballena si por ventura ésta los hubiera necesitado, pero al banquete de su funeral acuden todos
Les he dicho a mis hijos que no quiero funeral público. ¡Temo a Jacob Sisters! Con sus divertidos chites... destruyen cualquier ambiente.